Una carta a los padres inmigrantes

Gracias, Papá

Rosa Gómez

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A photo of my parents in 2019, Oscar and Theresa Gómez.

Soy la hija orgullosa de un inmigrante hondureño. 

En mis cortos 20 años de existencia, todos los días he aprendido a apreciar la dedicación que mis padres tienen a nuestra familia. 

Recuerdo que mi padre se despertaba temprano, a pesar de haber estado en su cama por unas pocas horas debido a trabajar el turno de noche, para hacer desayuno para mis hermanos y yo antes de la escuela. 

Vigiló el autobús escolar desde la ventana de su dormitorio para que no tuviéramos que esperar en el frío invierno de Minnesota. 

Recuerdo que venía a leer en su inglés roto a mi clase de cuarto grado sobre Celia Cruz y como trabajaba de voluntario durante el almuerzo escolar y siempre llegaba a verme cantar en el coro de la escuela.

Recuerdo que él  reorganizaba su horario de trabajo para llevarnos a las citas médicas o para recogernos de la escuela cuando estábamos enfermos.

Recuerdo escuchar historias que nos contaba sobre su vida en Honduras. 

Recuerdo estar acurrucado en el sofá y él leyendo un libro sobre princesas, mientras mirábamos con asombro cómo se proyectaba sobre la pared de la sala de estar.

Recuerdo despertarme todas las mañanas en mi cumpleaños con rosas rojas frescas en la mesa.

Recuerdo que me traía comida cuando era demasiado difícil para mi levantarme de la cama. 

Aunque no siempre nos hemos entendido, nuestro amor siempre ha permanecido firme. 

La historia de inmigracion de mi padre, similar a tantos otros jóvenes que arriesgan sus vidas por una oportunidad en el norte, es una que merece ser recordada y honrada. 

Ha hecho, y sigue haciendo, inmensos sacrificios para darnos a mi y a mis hermanos las oportunidades que no tuvo. Siempre estaré inmensamente agradecido por la infinita cantidad de privilegio que se me ofrece, que asegura que nunca soportaré las mismas dificultades que él hizo.

El mes de la Herencia Hispana es un momento para reflexionar sobre la historia de mi familia y expresar mi gratitud a mi padre por todo lo que ha hecho por mí. 

Su historia es lo que hace que mi familia sea lo que es. Debido a su historia, somos fuertes, trabajadores y una hermosa representación de la herencia que orgullosamente llevamos.

Este mes es una oportunidad para celebrar mi identidad como estadounidense de primera generación. Es una oportunidad para enorgullecerse de la cultura que se me ha transmitido, y también es una oportunidad para navegar mi propia identidad.

Habiendo existido siempre en espacios predominantemente blancos, ha sido un proceso de crecimiento y aprendizaje estar orgullosa de todo lo que soy, y de todo lo que me ha formado.

Cada momento de dolor, alegría, celebración, crecimiento y belleza es lo que me ha formado  la persona que soy hoy.

Soy simultáneamente latinx y también he sentido la presión de ser más “estadounidense”. He luchado con el síndrome del impostor ya que he tenido que navegar por mi conexión, a veces tensa, con mi cultura.

En muchos casos, me he sentido deprivado de la capacidad de hablar mi idioma, de conectarme con mi gente y de abrazar lo que este país considera hispano.

A pesar de la adversidad, me siento atraída a seguir trabajando para  reclamar el idioma español como propia. Quiero seguir creciendo en mi relación para abrazar la herencia que fluye a través de mí.

Todo lo que hago, todo lo que he logrado y todas mis metas han sido moldeadas gracias a mi familia.

Entonces, papá, ya que sé que vas a compartir esto con tus compañeros de trabajo, aquí hay una lista de cosas que deben saber sobre ti. El mundo merece saber qué tesoro existe entre ellos.

Gracias por hacerme quien soy. 

Gracias por desarraigar todo lo que has conocido, para plantar nuevas raíces para tu familia.

Gracias por estar ahí durante mi angustia de adolescencia cuando no siempre demostraba lo mucho que significabas para mí.

Gracias por enseñarme la importancia del trabajo duro, la dedicación y poner a otros antes que yo.

Gracias por trabajar increíblemente duro para mantenerme siempre segura y cómoda. 

Gracias por dejarme dormir en tu cama cuando estaba demasiado asustada para estar sola.

Gracias por llevarme a la escuela todos los días, y ahora siempre dejas todo para recogerme de la universidad.

Gracias por asegurarse siempre de que haya comido y por cortar mi fruta. 

Gracias por cantarnos por nuestros cumpleaños.  

Gracias por venir a cada actuación escolar, recital de baile y concurso de ortografía.

Gracias por casarse con mi hermosa madre, que ha plantado la semilla de la justicia social en sus hijos.

Gracias por hacerme reír, incluso en medio de los momentos más difíciles.  

Gracias por mostrarnos lo que es el amor de padre.

Gracias por todo, Papá.

Gómez puede ser contactado en [email protected]